EL VIAJE

Entramos en la última semana antes de partir, otra nueva preocupación las predicciones del tiempo no son muy buenas llega a haber previsiones de hasta un 90% de probabilidad de lluvia, no tiene buena pinta miramos por la mañana por la tarde y por la noche ya el miércoles (creo recordar este Alzheimer) me atrevo a decir tenemos ventana de 9 a 17 horas, los datos ve van confirmando según nos acercamos a viernes.

Por fin llega el viernes pero no es un viernes cualquiera es el día del inicio de nuestra aventura por el Cares, se olvida el cansancio de toda la semana. Vamos llegando a nuestro punto de quedada, en la estación del Lago de nuestra querida casa de campo, me fijo en la cara de nuestros compañeros y veo alegría e ilusión; nada puede salir mal. Me acerco y saludo a Pilar, Alfonso Paco (nos fundimos en un abrazo) y al resto de los integrantes de esta nueva aventura que esta a punto de comenzar.

Subimos a bus y nos vamos sentando, Francis se sienta con Tere y yo con mi gran amigo Pepe. 

No habíamos salido de la provincia de Madrid cuando nos juntamos Pilar, Alfonso Paco y yo en la última fila de asientos del autobús, intercambiamos impresiones y todas son positivas, acto seguido comenzamos a planificar las salidas de los próximos meses, las cuales cerramos en un periquete; por cierto tenemos mas ideas que fechas para poder realizarlas.

Va pasando los kilómetros y casi sin darnos cuenta se nos ha echado la noche encima y sobre las 22 horas llegamos a Posada de Valdeón no antes de hacer unas cuantas maniobras a la entrada del pueblo. 

Repartimos rápidamente las habitaciones y bajamos a cenar cerca de las 23:00 horas y tenemos una grata sorpresa menudo espectáculo de cena, pero como es tan tarde y no son horas Paco y yo nos quedamos sin cenar otro día más, aunque comimos pero eso ya no se le puede llamar cena (es cosa nuestra), después nos vamos al bar del hostal y nos tomamos unos licorcitos y unas bebidas espirituosas nos vamos a dormir, mañana tenemos ruta.